El transporte de mercancías por vía marítima es un proceso de negocio complejo en el que resulta imprescindible la coordinación entre los diversos actores participantes. La sincronización del tráfico marítimo, la toma de decisiones en común, la visión completa (y no sesgada) del proceso gracias al intercambio de información estándar entre sistemas informáticos de diferentes entidades y el mejor aprovechamiento del tiempo son algunos
de los desafíos pendientes. En este artículo se describe el proceso que ha permitido desarrollar con éxito en la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras (APBA), uno de los principales puertos de referencia en toda Europa, una solución colaborativa que garantiza la excelencia operativa.
Las comunidades portuarias son ecosistemas complejos en los que un importante número de actores interactúan de forma coordinada para ofrecer servicios logísticos de alto valor añadido bajo una planificación dinámica y un ajustado control de costes. De entre toda la casuística del transporte por vía marítima destaca el realizado por buques portacontenedores. Este tráfico ha mostrado una tendencia creciente, lo que a su vez ha propiciado la creación de nuevos modelos de buques de mayor tamaño y capacidad simultánea de transporte de contenedores. Si bien es cierto que el sector portuario
ha desempeñado un papel fundamental durante la reciente emergencia sanitaria de la COVID-19, asegurando una entrega continua e ininterrumpida de productos básicos y de primera necesidad, acontecimientos como el vivido recientemente en el canal de Suez ponen de manifiesto la fragilidad y complejidad de un sistema donde cualquier imprevisto tiene un fuerte impacto económico global en el actual modelo de distribución.
Es importante mencionar, además, que existe un fuerte compromiso por parte de las instituciones formales y los organismos competentes en la materia en aras de reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera procedentes de los buques (de todo tipo). A través de la OMI (Organización Marítima Internacional) se está impulsando una estrategia de descarbonización mundial para la disminución de los niveles de CII (Carbon Intensity Indicator). Las navieras, como propietarias de las flotas de buques, destacan tres estrategias: (1) utilización de combustibles más respetuosos con el medioambiente, (2) empleo de sistemas de propulsión alternativos de alta eficiencia energética y (3) adaptación inteligente y en tiempo real
de la velocidad del buque durante su travesía de forma que ésta se adecue al contexto operativo real.
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