A día de hoy, el hidrógeno renovable constituye el principal aliado de la Unión Europea en la descarbonización y por ende en la consecución del Pacto Verde Europeo.
Este tipo de energía, de cero emisiones, tiene una gran aplicabilidad, permitiendo eliminar la dependencia de los combustibles fósiles y su contaminación, de sectores como la industria, el transporte o el eléctrico. A pesar del gran potencial de desarrollo y el aumento de inversiones en hidrógeno renovable, el despliegue total de esta fuente de energía se realizará de forma escalonada, siendo necesario recurrir todavía en un primer momento a combustibles fósiles para su generación y a un mayor grado madurez e implementación a escala global.
Su gran alcance en el transporte marítimo y el marcado carácter de los puertos como agentes del cambio, han conseguido que proliferen proyectos alrededor del hidrógeno, con los puertos como epicentro de desarrollo. Sin embargo, el camino no está exento de obstáculos y es necesario investigaciones futuras, pues uno de los principales problemas reside a la hora de almacenarlo en buques para su consumo.
«El hidrógeno cumple con varios requisitos: es el combustible más limpio, tiene la capacidad de producir y almacenar electricidad de forma más eficiente y, tal como sucede con el gas natural, puede transportarse mediante tuberías.«
Principales contribuciones y situación actual:
- El transporte será uno de los principales sectores en los que se aplicará el hidrogeno como combustible. Encontramos aplicativos en vehículos pesados, el transporte ferroviario y para el transporte fluvial y el Short-Sea Shipping.
- Hoy en día, los costes de los combustibles fósiles son más competitivos que los del hidrógeno, 1,5 euros/kg y entre 2,5-5,5 euros/kg respectivamente.
- Las inversiones futuras, entre 180.000 y 470.000 millones de euros hasta 2050, y las garantías europeas en cuanto al desarrollo de tecnologías basadas en hidrógeno, constituyen la principal baza, para abaratar su coste. El cuál, se ha reducido un 60% en la última década y se espera para 2030, otra reducción del 50%.
- El hidrógeno podría suponer el 24% de la demanda mundial de energía en 2050, según expertos.
Por otro lado, con respecto al papel que están jugando los puertos, encontramos los siguientes proyectos:
- Rotterdam, el puerto más activo, tiene entre manos la construcción de la mayor planta de hidrógeno de Europa o el despliegue de 1.000 camiones propulsados por hidrógeno, entre otros.
- El Puerto de Barcelona participa en diversas iniciativas a nivel global y estatal, que buscan nuevos combustibles de propulsión.
- La asociación Hydroports, de los puertos holandeses de Groningen, Ámsterdam y Den Helder, permitirá llevar a cabo varios proyectos piloto, en el marco de la estrategia nacional del hidrógeno.
- El Puerto de Hamburgo ha desplegado un remolcador propulsado gracias a una pila de combustible y batería de hidrógeno.
- La Autoridad Portuaria de Los Ángeles, en colaboración con grandes empresas, está estableciendo una red de tecnología de celdas de combustible y electricidad generada por hidrógeno para el transporte de mercancías.
- El Puerto de Valencia, está desarrollando el proyecto europeo H2Ports, en el que se probará la aplicación del hidrógeno en maquinaria portuaria, con 3 proyectos piloto.
«Unidos, los puertos podemos ser agentes que generen este cambio. Tal y como sucedió cuando apostamos por el gas natural, los barcos adoptaron este combustible cuando se les garantizó un suministro seguro, abundante y económico. Por eso tenemos un papel importante que jugar.«
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