El sector portuario y del transporte marítimo se encuentran inmersos en un dinámico e incierto escenario marcado por una serie de desafíos y retos sin precedentes. En primer lugar, el posicionamiento de los puertos como nodos logísticos intermodales, en el epicentro de las cadenas logísticas globales, determina el nuevo rol al que están abocados estos enclaves. Su proceso transformacional es una cuestión ineludible y de una prioridad absoluta. La creciente competitividad portuaria, la necesidad de constituirse como nodos resilientes y garantistas de la continuidad de negocio, el papel a jugar en la transición energética mundial o la ardua misión de proporcionar una propuesta diferencial de calidad y de alto valor añadido, son buena prueba de ello. Es en este contexto donde la innovación debe surgir como un elemento fundamental que facilite la adaptación a estos retos que ofrece la industria.
Sin embargo, el grado de alta disrupción e imparable transformación digital del sector se encuentra a diario con un camino lleno de obstáculos a la hora de implantar nuevas soluciones, servicios y modelos de negocio. A pesar de que los puertos han resultado ser excelentes entornos de pruebas y embriones de nuevas ideaciones y de la atracción al sector en los últimos años del mundo del emprendimiento, las start-ups y las empresas tecnológicas; la consolidación de resultados tangibles no se está produciendo al ritmo esperado, a diferencia de lo que podemos observar en otros sectores productivos.
Por otro lado, cabe destacar la escasez global de talento digital, cuya brecha se acentúa en una industria como la logístico-portuaria quizás desconocida para el gran público.
Teniendo en consideración las dos cuestiones anteriores, es decir, la necesaria transformación digital del sector y la falta de talento digital en el mismo, se establece un escenario ideal para, por un lado, que la Autoridad Portuaria pueda desarrollar, apoyándose en la tecnología, su objetivo de generación de riqueza y creación de empleo de alto valor. Y, por otro lado, aparece una oportunidad única para alcanzar la deseada excelencia operacional y competitividad que supongan un factor diferencial.
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